Tras la muerte de Ramón Bernuz Galve, sus hijos Manuel e Ignacio Bernuz Bayo continuaron administrando la tienda, que ofrecía una amplia gama de productos, incluyendo tejidos y herramientas. En 1960, decidieron vender la tienda y propiedades en Villarroya y se mudaron a Castellón.
La tienda fue adquirida por Lorenzo Guillén Izquierdo y Carmen Corell Conejos, quienes vivieron en la casa con su familia y continuaron la tradición de ofrecer una variedad de productos, como telas, jerséis, hoces, azadas, palas, picos, pollos pequeños, gas para las cocinas estufas, planteros de diferentes verduras para los huertos, etc.