Su curación es lenta de dos años aproximadamente, gracias a esa curación se puede sacar un sabor exquisito. Secado en pleno corazón del Maestrazgo a 1.321 metros de altitud.
Este exquisito manjar es el resultado de un proceso de curación lento y meticuloso que dura aproximadamente dos años.
Lo que hace que nuestro Jamón de Bodega sea tan especial es su proceso de curación. En lugar de apresurarnos, preferimos tomarnos nuestro tiempo para asegurarnos de que cada jamón alcance su máximo potencial de sabor. La curación lenta permite que la carne se transforme lentamente, desarrollando sabores y aromas complejos que te transportarán a las tierras de donde proviene.
Hablando de su lugar de origen, nuestro Jamón de Bodega se seca en pleno corazón del Maestrazgo, específicamente en Villarroya de los Pinares, una localidad que se encuentra a 1.321 metros de altitud. Esta altitud y ubicación geográfica son cruciales para el proceso de curación, ya que las condiciones climáticas aquí son ideales. El aire limpio y fresco de las montañas, junto con las temperaturas frescas, crean un entorno perfecto para que el jamón madure lentamente y adquiera su característico sabor.
El proceso de curación del Jamón de Bodega implica la combinación perfecta de tiempo, paciencia y experiencia. Durante estos dos años de curación, el jamón pasa por un proceso de salado y secado en el que se extrae la humedad de la carne de manera gradual. Esto concentra los sabores naturales y hace que la carne adquiera una textura suave y jugosa.
Cada jamón se selecciona cuidadosamente y se somete a un riguroso control de calidad para garantizar que solo lo mejor llegue a tu mesa. Nuestros maestros jamoneros, con décadas de experiencia, supervisan todo el proceso para asegurarse de que cada pieza cumpla con los estándares de calidad más exigentes.
INGREDIENTES: Jamón, sal, azúcar, dextrosa, conservador E-252, E-25o y antioxidante E301.
También podría interesarle
